domingo, 24 de julio de 2016

7 años en el Tibet

7 años en el Tibet.
Siete años en el Tíbet, cuyo título original es Seven Years in Tibet, es una película estadounidense del género dramático rodada en 1997. Basada en el libro del alpinista austríaco Heinrich Harrer de 1953, en el que se narran las experiencias de H. Harrer en el Tíbet entre 1944 (Segunda Guerra Mundial) y 1950 (entrada del Ejército de Liberación Popular de China). Fue dirigida por Jean-Jacques Annaud y contó con las actuaciones de Brad Pitt y David Thewlis.  Sin duda alguna una película muy interesante, pero, la primera vez que la viste, ¿Qué fue lo que viste?, (tal vez ni siquiera la has visto, pero te recomiendo que reservas unas buenas horas para poder disfrutarla).
Antes de responder esta pregunta quisiera ahondar en un hecho muy común que vivimos cualquier ser humano. Normalmente, cuando tenemos mil cosas en la cabeza, tendemos a dejar de hacer lo correcto por hacer lo importante para nosotros. Hacer lo correcto muchas veces es imposible para nosotros, ya que de eso depende que tengamos que sacrificar algunas cosas que en ese momento nos son agradables, en cambio, lo importante puede superar, incluso cualquier actitud o educación ético -moral que con el tiempo hemos hecho parte superficial (o muy profunda) de nuestras vidas.
Esta película se desarrolla en un entorno problemático y caótico, el cual, las probabilidades de sobrevivir son muy inestables, considerando que hablamos de la segunda guerra mundial. Heinrich Harrer, un frío alpinista austríaco nazi, parte a una expedición a los Himalayas en 1939, poco antes de que estalle la Segunda Guerra Mundial. Se despide de su joven esposa embarazada en la estación de trenes, dejándole claro el poco interés que tiene por el hijo que ella espera. Arrogante y vanidoso, tiene continuos problemas con sus compañeros y su jefe de expedición, la misma que fracasa por las malas condiciones climáticas. La Guerra ha estallado y son tomados prisioneros por los ingleses y confinados en un campo de concentración en India. Varios intentos de escapar fracasan. Finalmente consigue escapar, después de recibir una carta de su hijo, en que le dice que su madre se ha vuelto a casar y que se olvide de él. ¿Alguna vez has vivido una situación semejante en la que tu ego y tu arrogancia están por encima de la realidad y que alguna situación muy clara te lo dice?, creo que el simple hecho de hablar de ego y arrogancia es hablar de una utópica situación carente de lógica y razón.
Después de vagar por los Himalayas, y sin saber qué hacer con su vida, Harrer y su ex jefe de expedición finalmente consiguen internarse en el Tíbet, llegando a Lhasa y obteniendo un permiso para vivir allí. Eran una excepción debido a que en el Tíbet no se permitía la entrada a extranjeros. La vida de Harrer da un giro inesperado cuando el Dalai Lama, un niño considerado líder espiritual del Tíbet, se interesa por conocerle. Harrer se convierte en el mejor amigo del Dalai Lama, quien desea sacar todos los conocimientos que le pueda aportar el alpinista austriaco. China, en su lucha por la expansión, demanda al Tíbet que se considere territorio chino, pero los dirigentes de este pequeño país aislado del mundo se niegan rotundamente iniciando una guerra; guerra que pierden los tibetanos debido a que no eran hombres de guerra, eran hombres que habían nacido para y por la paz, pero esto poco les importó a los dirigentes chinos. Harrer se siente avergonzado de ver con claridad aquellos ideales que un día defendió.
El Dalai Lama es declarado en su poder absoluto sobre el Tíbet por el pueblo, y Harrer sabe del peligro que esto supone para su pequeño y joven amigo; por eso decide intentar huir con él, pero el Dalai Lama le aconseja que se preocupe por su verdadero hijo, que busque la paz en él y que vuelva a Austria. Harrer sigue aquellos consejos y vuelve a Austria para convertirse en el padre de su hijo.
Tal vez la sinopsis de esta película no deje muchas cosas en claro, e incluso puede ser que no encuentres una relación lógica entre una película que habla del Dalai Lama y un alpinista Austriaco, pero, ese es el punto principal. La falta de coherencia y lógica, ¿Te ha pasado?, ¿Pensar que estás haciendo las cosas correctamente cuando la realidad es que es todo se parece más a una madeja de estambre la cual no tiene principio ni fin? Los seres humanos estamos dotados con algo increíble que se llama inteligencia. Esto nos hace superiores que los demás mamíferos (Tocando un poco la teoría evolucionista de Darwin). La realidad es que desde que el hombre existió en la tierra le fue dada la tarea de poner nombre a todos los animales (Génesis 2:19). Esa inteligencia, la cual nos fue dada desde siempre, puede llegar a superarnos, es decir, a dominarnos. La mente es para que nos sirva, no para que seamos servidores de ella. Este es el punto principal. Dios nos regalo algo que se llama libre albedrio, voluntad propia, poder tomas nuestras propias decisiones:
Deuteronomio 30:19  Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra vosotros de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia.
Tus decisiones afectan tu vida y la de los que te rodean. Solo tú tienes la capacidad de dominar tu mente, solo tú tienes la capacidad de tomar buenas decisiones, solo tú puedes decidir qué camino quieres tomar, solo tú puedes dejar todo atrás y empezar a hacer lo correcto. Solo tú puedes saber cómo eres realmente. No necesitas 7 años en un lugar alejado de todo, para darte cuenta de que lo que haces no es, o fue lo correcto, tan solo necesitas un instante para dejar tu voluntad a un lado y empezar a vivir la voluntad de Dios (Romanos 12:2). Será un poco difícil al principio, pero en breve, y abriendo tu corazón a Él, las cosas serán más fáciles y más llevaderas.
“El cómo vivas el hoy hará que cada ayer sea un sueño de felicidad y cada Mañana será una visión de esperanza.”

No hay comentarios.:

Publicar un comentario